El tratamiento con láser para la eliminación del acné es un método rápido, sencillo y seguro, prácticamente sin efectos secundarios. El procedimiento con laser se aplica en la zona afectada por el acné a una temperatura tal que la bacteria no puede sobrevivir. El efecto del calor encoge las glándulas sebáceas que pasan a producir una menor cantidad de sebo.
De esta forma, el láser actúa directamente sobre los dos factores principales causantes del acné como son la mayor producción de sebo y las bacterias.
En la mayoría de los casos, después de 3 o 4 tratamientos y dependiendo de la persona la piel mejora grandemente. Sin embargo, mientras estemos efectuando el tratamiento será muy importante proteger la piel de los rayos solares para evitar las manchas.